Ayesa, multinacional española de ingeniería, tecnología y consultoría, diseñará la adaptación del pantalán de la planta de regasificación de Enagás en Huelva para la recarga de buques de pequeña escala (small scale) y el servicio de recarga de barcos que harán, posteriormente, bunkering ship-to-ship de gas natural licuado (GNL).
El atraque de Huelva será el tercero que Ayesa remodele, después de los de Barcelona y Cartagena. De este modo, Ayesa es una de las ingenierías de España que está realizando más proyectos de este tipo.
Stefan Pardo, director de Oil & Gas en Ayesa, explica que la compañía se encargará tanto de la ingeniería de detalle como de las especificaciones de
materiales y equipos a instalar.
El proceso
Los barcos metaneros, que transportan el gas natural licuado (GNL) desde sus puntos de origen, descargan su contenido en el puerto a temperatura muy baja (-161 ºC). Enagás lo almacena en tanques criogénicos de contención total con pared exterior de hormigón (estado líquido) y luego se distribuye mediante camiones cisterna o se regasifica para su transporte mediante gasoductos.
Para adaptar la planta a estos servicios logísticos, se deben preparar en los atraques nuevas conexiones de tuberías, sistemas de control y medición para que, mediante mangueras flexibles (aptas para tan bajas temperaturas), pueda cargarse GNL a pequeños metaneros. Posteriormente, estos realizarán el repostaje de los grandes barcos consumidores anclados en puerto o transportarán el GNL a otros destinos de pequeña escala.
La adaptación de la planta de regasificación de Huelva para la prestación de estos servicios se enmarca dentro del proyecto CORE LNGas hive para el impulso del GNL como combustible -fundamentalmente marítimo- en la península ibérica. Esta iniciativa, cofinanciada por la Comisión Europea, está coordinada por Enagás y liderada por Puertos del Estado.
La utilización del GNL como combustible contribuye a la mejora de la calidad del aire. El GNL es un combustible respetuoso con el medio ambiente porque no genera emisiones de óxidos de azufre (SOx) ni de partículas (PM) y reduce sustancialmente las emisiones de CO2 y de óxidos de nitrógeno (NOx), lo que permite cumplir con la cada vez más exigente normativa medioambiental y con los objetivos de reducción de emisiones.
Fuente: Ayesa